La Azuana Fuera de lios

En la mañana del domingo, dentro del templo de la Iglesia a la que asiste, Angie Agramonte oraba. Y con ella toda la congregación estaba de rodillas, pidiendo a Dios que ella fuera descargada del caso judicial que enfrentaba tras encontrarse en su vehículo 313 mil dólares que las autoridades ligan al narcotráfico.

Ayer, la presentadora de televisión se presentaba con la fe puesta en Dios ante el Segundo Juzgado de la Instrucción, en donde se le conocía la supuesta vinculación a una red de narcotraficantes.

Sus ruegos fueron escuchados. La magistrada Patricia Padilla rechazó la solicitud de medida de coerción y dispuso la libertad pura y simple de Agramonte, tras considerar que no hay elementos que la inculpen en la red de narcotráfico y lavado de activos compuesta por colombianos y venezolanos.

Al conocer el dictamen el corazón de Angie palpitó fuertemente y lo primero que hizo fue dar gracias a Dios. “Estoy muy emocionada, empecé a llorar de emoción y agradecida. Tengo un sentimiento que se me va a salir del pecho”, dijo a los periodistas.

A partir de ahora la joven presentadora expresó que tendrá mucha cautela al seleccionar sus amistades y que no sabrá entregarse totalmente a los amigos.

Recordó que desde que le incautaron su vehículo, el 12 de diciembre del año pasado, se encontraba devastada y sufriendo muchísimo.

“Fueron tres meses angustiada por la situación, pero gracias a Dios la pesadilla terminó. Dios es justo y Él no permite que sus hijos sean avergonzados ni humillados”, expresó.

El pasado 13 de marzo las autoridades confirmaron que el vehículo en el que se encontraron los 300 mil dólares era propiedad de Agramonte, el cual fue incautado cuando se encontraba estacionado en el restaurant “Machupichu”. Tres días después la Procuraduría General de la República presentó acusación contra la presentadora por lavado de activo y narcotráfico.

Agramonte es conocida por su trabajo en varios programas, entre ellos “Aki’e la cosa”, que produce El Rubio Charlie por Digital 15.